Somos pedazos de poemas y poesías rotas con sus puntos y comas, todas, esparcidas y diseminadas como arena del mar o de un desierto. ¡Es cierto! «Cuando en litros me sepa el mar entero y cuán alto mide mi suelo hasta el techo vacío del cielo, entonces me haré un hueco en la mesa del sabio y del inteligente. Mientras tanto, feliz e ignorante». ON