Una mordaz denuncia de la violencia en China y de la hipocresía de la Revolución Cultural. Un homenaje a las vidas destruidas de innumerables mujeres que fueron olvidadas entre la multitud. Unas memorias catárticas escritas por una mujer que desafió la censura.
Una autora que se reivindica, fundamentalmente, poeta. La recuperación —con una reescritura profunda, casi un texto nuevo— del libro de poemas que funciona, en cierto modo, como semilla de La mala costumbre.