Ensayos literarios

Tercera y última parte de los diarios con los que Piglia ha puesto un broche de oro a su prodigiosa carrera literaria.

Una novel·la de formació tendra i perspicaç, una peça clau de l’univers literari de l’autor d’A sang freda.

La forja de un escritor; el nuevo volumen (veloz, libre, esencial, desnudo) de una obra monumental.

Un ensayo erudito, literario y ameno sobre el poco explorado universo de los videojuegos, sobre su dimensión estética y sus alcances sociopolíticos.

Un ensayo vehemente e iluminador sobre los ritmos de la modernidad y el modo en que el arte se rebela contra ellos.

Hubo un tiempo en que el Estado del bienestar expresaba lo mejor de los proyectos políticos occidentales tras la atroz experiencia de las guerras mundiales. Hoy vivimos en las antípodas, en lo que podríamos llamar el Estado del malestar. La erosión del Estado del bienestar se gestó en los años de bonanza económica y se ha consumado en los de la crisis. Y a esa erosión institucional se suma hoy la política. Todo ello crea un caldo de cultivo del que surgen nostalgias ideológicas y organizaciones populistas que pretenden capitalizar el malestar y convertirlo en un instrumento político electoralmente rentable. José Luis Pardo entiende la filosofía como el arte de hacer preguntas, y en este libro sagaz y necesario plantea unas cuantas muy certeras: ¿cuáles son los ingredientes de este uso político del malestar? ¿Cuáles son los peligros de una forma de hacer política que parece añorar la acción directa, eludiendo las vías democráticas? ¿Cuál es el papel que debe desempeñar la filosofía ante estos retos? ¿Y la universidad como institución? ¿Y el arte y sus vanguardias? Al populismo de los tuits, las pancartas y la demagogia, el autor contrapone un pensamiento crítico que nos ayuda a desentrañar la realidad compleja en la que estamos inmersos. Y para ello se sirve del bagaje histórico de la filosofía, empezando por Sócrates y su diálogo en el Gorgias con el virulento Calicles, partidario de la pugna, el conflicto y el enfrentamiento frente al acuerdo, que sentencia: «Qué amable eres, Sócrates, llamas ?moderados? a los idiotas.» Analiza también el tránsito de Hegel a Marx, la reaparición en escena de Carl Schmitt y las propuestas de pensadores convertidos en ideólogos como Ernesto Laclau o Philip Pettit, para quienes la filosofía debe estar al servicio de la política. Frente a esta postura, no habría que olvidar la advertencia de Kant: «No hay que esperar ni que los reyes se hagan filósofos ni que los filósofos sean reyes. Tampoco hay que desearlo; la posesión de la fuerza perjudica inevitablemente al libre ejercicio de la razón.» Porque al olvidarla se olvidó también la descripción del «filósofo» que debería figurar en el frontispicio de todas las facultades del ramo, esa que dice que «los filósofos son por naturaleza inaptos para banderías y propagandas de club; no son, por tanto, sospechosos de proselitismo». Pensamiento frente al panfleto, reflexión frente al exabrupto y reivindicación de una filosofía crítica que no sea vasalla de la política: he ahí lo que propone Estudios del malestar, una lúcida y argumentada advertencia acerca del malestar en el que vivimos y el que nos aguarda.

Santiago Calatrava es el arquitecto de origen español con mayor notoriedad global. Sus llamativos edificios blancos, de inspiración orgánica y lenguaje inconfundible, se levantan en una veintena de países, dando forma a estaciones de tren, puentes, aeropuertos, auditorios, museos, rascacielos o estadios. En los años del cambio de siglo, cargos públicos y promotores privados tanto europeos como estadounidenses se disputaron sus servicios, convencidos de que garantizaban un plus de visibilidad y éxito, de que contribuirían decisivamente al progreso de su comunidad. Calatrava era entonces una figura admirada, deseada y consentida prácticamente sin reservas. Pero, poco a poco, la percepción del arquitecto, ingeniero y creador plástico nacido en Benimàmet y afincado en Zúrich fue transformándose hasta invertir su signo. En el último decenio, su presencia en los medios de comunicación ha estado dominada por informaciones relativas a sus excesos, y muy marcada por la crítica y el reproche. Queríamos un Calatrava se propone averiguar, detallar y exponer las causas de tal transformación. Con ese objetivo, Llàtzer Moix ha visitado algunas de las principales obras de dicho arquitecto, en Atenas, Malmö, Milwaukee, Nueva York, Venecia o Zúrich; también en diversas ciudades españolas, como Barcelona o Valencia. Y ha conversado con los clientes que las encargaron, con los colaboradores del arquitecto que desarrollaron los proyectos, con sus usuarios y con otros expertos. En esta pesquisa han aflorado algunas constantes: demoras, presupuestos multiplicados, renuncias sobre la marcha a rasgos definitorios de la obra, mantenimientos onerosos, incidencias varias y, a la postre, clientes inicialmente seducidos por el arquitecto que acabaron repudiándole e, incluso, dirimiendo sus diferencias con él en los juzgados. Calatrava es un profesional talentoso y singular, como acreditó en algunos de sus primeros trabajos y reconocen numerosos colegas. Pero su arquitectura presentada como un sueño ha revelado en no pocas ocasiones un envés de pesadilla.

Si en Años de vértigo Philipp Blom pintó un fresco detallado y lúcido de la próspera y floreciente década y media que precedió a la Primera Guerra Mundial, aquí, en La fractura, nos ofrece un vastísimo panorama de las dos décadas anteriores al segundo conflicto bélico internacional del siglo pasado. El autor aborda desde ángulos inesperados los problemas que marcaron el periodo de entreguerras, llamando la atención sobre una pluralidad de acontecimientos e individuos, algunos de ellos no siempre conocidos por el gran público, y analizando un amplio espectro de temas, que van de la danza y la música a la política, la economía y la técnica, sin olvidar la literatura y la arquitectura, entre otras disciplinas artísticas. Y el alcance geográfico es igualmente extenso: desde los hospitales ingleses a los que fueron a parar miles de soldados afectados por la entonces desconocida «neurosis de guerra» hasta la Italia prefascista y su Estado Libre de Fiume, gobernado por el extravagante poeta Gabriele d’Annunzio, pasando por la Norteamérica de la ley seca, la Ucrania asolada por las hambrunas artificiales, la remota Ciudad Magnética de la URSS, el Berlín de los Juegos Olímpicos de 1936 y la España de la Guerra Civil. Este nuevo ensayo de Philipp Blom podría considerarse una narración histórica –o una «historia narrada»– en la que, más que las abstracciones de la especulación historiográfica, son personas reales, anónimas unas, célebres otras, las que se convierten en protagonistas de los acontecimientos que llevaron al estallido de la guerra. ¿Consiguió el Tratado de Versalles poner fin de verdad a la Primera Guerra Mundial? ¿Fueron realmente dos las guerras mundiales del siglo XX? ¿O fue el periodo 1914-1939 una nueva Guerra de los Treinta Años con su intervalo de conflicto bélico larvado y latente? Éstas son algunas de las reflexiones a las que pueden dar lugar las páginas de este libro.

¿Quién fue Giangiacomo Feltrinelli? Para su hijo Carlo, autor de esta biografía, un padre que le «enseñó a quitarle las escamas al pescado y a asar la carne, a caminar por la nieve y a conducir deprisa, a considerar que no sólo hay peras o manzanas, sino también frutas que dan néctar en el desierto, a reconocer la historia del poeta que murió en su jaula y otras muchas cosas que todavía no sé, o forman parte del lenguaje secreto». Para la CIA, «el principal agente castrista en Europa». Para cualquier lector que conozca un poco el mundo literario italiano, uno de los grandes editores de ese país, fundador de la editorial Feltrinelli. Sin duda fue una persona compleja y paradójica: el hijo de uno de los hombres más ricos de Italia que se hizo revolucionario; un comunista que acabó siendo el primer editor de El doctor Zhivago de Pasternak, para indignación de la Unión Soviética, y también publicó El Gatopardo de Lampedusa, rechazado por Mondadori y Einaudi y tildado de reaccionario por cierta izquierda; un editor de prestigio internacional que murió en 1972, a los cuarenta y seis años, cuando le estalló la bomba que iba a colocar en una torre de alta tensión cerca de Milán. Esta espléndida biografía indaga en su solitaria infancia, que acaso explique algunas cosas; repasa el sólido catálogo que construyó desde 1955 –Kerouac, Gombrowicz, Dürrenmatt, Karen Blixen, Henry Miller, Borges, García Márquez, Doris Lessing… convivían con el Libro rojo de Mao y los textos de Ho Chi Minh–; rescata documentos inéditos –el epistolario del «caso Pasternak» es una aportación especialmente jugosa–; cuenta sus relaciones con los primeras espadas de la edición europea y norteamericana; sus viajes a Cuba para tratar de sacarle unas memorias a Fidel Castro; su expulsión de Bolivia, donde el Che combatía con su guerrilla; su evolución ideológica en la convulsa Italia de los años sesenta.

Un excepcional testimonio en primera persona de la Barcelona underground y canalla de los años setenta.

Estos tres ensayos de Hans Magnus Enzensberger, escritos entre 1992 y 2006 y acompañados por una coda en forma de parábola escrita en 2015, nos ofrecen una clarificadora perspectiva sobre nuestra época a partir del recuento de la compleja experiencia alemana con las migraciones y la xenofobia; la constatación de que las esperanzas depositadas en los «dividendos de la paz» al final de la Guerra Fría eran vanas; el análisis de las características de un nuevo terrorismo megalómano, vengativo y adorador de la muerte, y el repaso de las brutales guerras civiles que han asolado la historia contemporánea. ¿Por qué actualizar unos textos ya publicados y reunirlos en un solo volumen? La razón es bien sencilla: los conflictos de los que tratan se han acentuado tanto a lo largo de los últimos veinticinco años que cualquier intento de minimizarlos o negarlos se ha revelado irresponsable. Es de todo punto necesario seguir hablando de estas cuestiones. Con optimismo, pero sin negar las evidencias. Hans Magnus Enzensberger inauguró con Detalles la colección Argumentos. Cuarenta y siete años después, llegamos al número 500 con este ensayo ejemplar, insoslayable, del mismo autor; cuatro textos brillantes desde el punto de vista del análisis y del pronóstico a cargo de uno de los pensadores indispensables de nuestro tiempo.


Tanto en Internet como en sus proclamas y en la puesta en escena de sus vídeos, el salafismo yihadista y su brazo armado están librando la gran batalla mediática del siglo XXI. Después del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, los servicios antiterroristas tomaron conciencia del poder propagandístico del Califato-Estado Islámico-Daesh. Pero ¿hemos comprendido correctamente desde entonces cómo funciona su retórica? El filósofo Philippe-Joseph Salazar ha dedicado los últimos dos años a estudiarla para deconstruirla en un ensayo lúcido y provocador que se ha convertido en un best seller en Francia y que ha suscitado un interés inmediato en todo el mundo. En él detalla también las debilidades de Occidente –donde todavía no se ha alcanzado un consenso para denominar a este nuevo adversario global– a la hora de analizar bien su discurso y sus estrategias. Para hacerlo, concluye, en primer lugar debemos ser conscientes de que los defensores de la yihad están mucho más decididos a luchar por sus objetivos que las democracias occidentales por los propios. Construido a partir de una documentación rica, precisa y a menudo inédita, Palabras como armas, merecedor del Prix Bristol des Lumières, es un libro clave para entender y combatir la propaganda del Califato.


¿Qué sucedería si un científico loco clonase en una sola persona a Woody Allen y a Slavoj ?i?ek? Probablemente que surgiría el autor de este libro. Su obra, como él mismo cuenta, «es el resultado de un fracaso tirando a monumental. Mientras bregaba por escribir un libro académico que esperaba me ayudara a conseguir una plaza de profesor titular en una de las universidades de élite estadounidenses, descubrí Twitter. Este hecho contribuyó de forma decisiva no sólo al final del proyecto en el que llevaba tanto tiempo trabajando, sino también al de toda mi carrera académica. Al mismo tiempo, supuso el inicio de una nueva y extraña profesión que he calificado de ?aforista de Internet?, pese a que todavía no sé muy bien qué implica tal trabajo». Su primer tuit-aforismo filosófico proclama con contundencia: «#SinRodeos / El mundo de hoy sólo tiene dos problemas / 1. El mundo / Y 2. Hoy / Tres, si contamos mañana.» Y a partir de ahí este pesimista que busca la salvación en el sarcasmo, este nihilista de la era de Internet, va lanzando sentencias limitadas a los 140 caracteres de Twitter, y con ellas forja una suerte de manifiesto de la filosofía portátil del futuro. El suyo es un pensamiento en forma de latigazos, de lacónicas meditaciones con altas dosis de socarronería, de epigramas sagaces, impertinentes y lacerantes, que con frecuencia nos llevan a la carcajada como vía de acceso a la sabiduría. Cierra el libro un glosario que tampoco tiene desperdicio y que contiene definiciones como ésta: «Dios: una deidad que se parece a Marx, fue declarada muerta por Nietzsche y envidiada por Freud.» El resultado es un conciso, deslumbrante y descacharrante juego lúdico-filosófico que nos invita a pensar y a reír, y bajo cuya aparente liviandad hay cargas de profundidad potentísimas.

La historia de los medios de comunicación está marcada por crisis recurrentes de diversa índole. La presente, de alcance global, está relacionada con la eclosión de Internet, la desafección rampante hacia las cabeceras tradicionales y las dificultades crecientes para rentabilizar la inversión necesaria para producir las informaciones y mantener la independencia de los periodistas. Unos condicionantes que hace tiempo que están estimulando la imaginación del otrora cuarto poder y que han llevado a la economista Julia Cagé a elaborar una innovadora propuesta de financiación inspirada en el modelo híbrido entre el negocio y el non-profit de las grandes universidades internacionales, y, dado que la información es un bien público, regulada por ley. Este conciso pero provocador ensayo es una potente herramienta práctica para los agentes implicados, pero también un útil instrumento crítico para todos los lectores, una invitación a reflexionar sobre cómo nos informamos en la era del redactor en jefe Google y qué uso hacemos de los medios –¿pagar o no pagar?–, y a tomar cartas en el asunto. Y es que la propuesta de Julia Cagé no sólo consiste en refundar los medios de comunicación, sino también en implementar un nuevo modelo para una democracia y economía en crisis.

En el último tercio del siglo XIX despunta una crisis terminal y de nacimiento que atraviesa todo el XX y que sigue aún abierta: «una hora crítica», «una crisis como nunca la ha habido», testificaban Mallarmé y Nietzsche. Josep Casals se acercó ya en Afinidades vienesas (publicado en esta misma colección) a un epicentro de esa sacudida. Y en Constelación de pasaje, con la misma amplitud de visión y acaso con más ambición aún, extiende el foco a los cien años que median entre la fecha simbólica de la Comuna y las últimas décadas del siglo XX. En este caso el principal escenario es París —y en concreto, la interacción de dos momentos de gran riqueza, encarnados en figuras como Offenbach, Manet, Rimbaud, Gauguin, Cézanne, Valéry, Rodin, Camille o Paul Claudel, de un lado, y Bataille, Leiris, Blanchot, Lacan, Duchamp, Unica Zurn, Bellmer, Duras, Barthes, Foucault, Genet o Deleuze, de otro—. Sin embargo, la indagación en torno a esa muerte del Padre (llámesele Dios, sujeto metafísico, rey de la patria o del hogar…) lleva al autor a revisitar también otras capitales del dilatado proceso de transformación: Múnich, Berlín, Praga, Budapest… Se producen así entrecruzamientos a partir de los cuales emerge una Europa que afrontó abismos o puentes ignotos y que es antípoda de lo que hoy ha secuestrado su nombre enajenándolo de lo que le da fuerza —una cultura de ensayo y cuestionamiento— para identificarlo con hormas burocráticas y financieras. Constelación de pasaje es un libro que combina una pluralidad de centros y horizontes con un riguroso entrelazamiento de nexos internos. Ello afluye en planos diversos, como un paseo que gusta de los saltos en el tiempo; y este gusto cinematográfico enlaza con la presentación de directores y películas con un valor específico y epocal (Renoir, Ophüls, Lang, Riefenstahl, Visconti, Fassbinder, Syberberg…). Los personajes se entretejen con motivos e imágenes sintomáticas (bosque y ciudad, fuego y agua, infans y hermafrodita, autómata y prostituta, eremita y viajero…), siendo algunos autores como Dostoievski y Walter Benjamin a la vez dramatis personae y nudos cimentadores. Hay una mirada panorámica y calas que se abren a obras y cuestiones decisivas del arte y el pensamiento contemporáneos: por ejemplo, la acogida de lo caduco y fragmentario; el valor de la levedad frente a la posesión; la irrupción de un «materialismo de lo bajo»; la inclusión del devenir en el conocimiento... Y todo conforme a la consideración del ser humano como criatura de ficciones, «animal complicado», habitante de mundos que oscilan entre lo presente y lo ausente pero que nunca dejan de confrontarse con su límite.

Un relato agridulce y entretenidísimo escrito con mano maestra. Una obra mayor del ensayismo en castellano.

Desde hace ya unos cuantos años es imposible ver un telediario o abrir un periódico sin toparse con un alud de información económica –mayormente inquietante– relacionada con la crisis, los mercados, la inflación, el FMI, la deuda, los bonos basura, el producto interior bruto, la especulación financiera... Y lo que es peor, desde hace algunos años ya no es una opción viable cambiar de canal o pasar página pensando que todo eso es un tostón para expertos y que es inútil intentar entender esos conceptos económicos. Y no es una opción porque esos conceptos tienen una incidencia directa o indirecta en nuestros bolsillos, en nuestra cesta de la compra, en nuestro salario, en nuestras pensiones, en el futuro de nuestros hijos. Éste es un libro sobre economía para los que no entienden de economía, aunque los que sí entienden lo leerán con idéntica fruición, porque Lanchester es un divulgador portentoso, que utiliza una aguda ironía y aplica su sagacidad en desmontar clichés. Y de este modo nos explica cómo hemos llegado hasta aquí, por qué bajo la apariencia de impecable funcionamiento la economía del último cuarto del siglo XX se convirtió en algo muy parecido a un casino manejado por tahúres y cómo la impulsiva decisión de un bróker con exceso de testosterona o la maniobra de un financiero codicioso acaba mandando al paro a miles de personas o haciéndonos pasar apuros para llegar a fin de mes. Es el efecto mariposa aplicado a la economía y se llama «globalización». El libro se divide en tres partes: una extensa introducción, un glosario de términos, instituciones y personajes, y un epílogo, y el resultado es un heterodoxo y ameno diccionario para entender los secretos de la economía y por tanto un imprescindible manual de autodefensa.

El productor accidental relata las peripecias de un productor novel que se enfrenta a las dificultades de financiar, organizar y distribuir una película. Utilizando como hilo conductor su propia experiencia como productor de La plaga, una película dirigida por Neus Ballús que fue estrenada en la Berlinale y cosechó un amplio reconocimiento internacional, el autor se adentra en los pormenores de un oficio bastante desconocido por el gran público, al tiempo que él mismo va aprendiéndolo sobre la marcha. Con un estilo ágil, fluido y lleno de humor, Pau Subirós compone una narración trepidante que nos lleva desde las primeras reuniones de guión hasta el estreno de la película en los cines y su circulación por los festivales de medio mundo; una sucesión de acontecimientos inesperados y variopintos que el autor aprovecha para examinar con agudeza los engranajes, los porqués y los agujeros negros de la creación cinematográfica. Según el propio Pau Subirós afirma, El productor accidental es el libro que le hubiera gustado leer antes de emprender la aventura de producir una película.

Juan Marsé es, sin lugar a dudas, uno de los mejores narradores en lengua española de la segunda mitad del siglo XX. Asociado a la rica y longeva tradición novelística del realismo desde una posición heterodoxa, personalísima y libre, y plenamente moderna, algunas de sus obras son ya clásicos de nuestro tiempo, como por ejemplo Últimas tardes con Teresa, Si te dicen que caí, Un día volveré, El embrujo de Shanghai o Rabos de lagartija. Asimismo, algunos de sus personajes forman parte de la imaginación literaria de miles de lectores; es el caso del Pijoaparte, Jan Julivert Mon o el capitán Blay. A pesar de todo ello, también Marsé ha sido «víctima» hasta hoy del endémico déficit de biografías literarias del que infortunadamente adolece la cultura hispánica. Con este libro, Josep Maria Cuenca (Barcelona, 1966) ha intentado paliar, en parte al menos, dicha situación. Resultado de más de un lustro de investigaciones, Mientras llega la felicidad es la biografía del autor de Ronda del Guinardó cuyos fieles lectores estaban esperando desde hacía mucho tiempo.

1919; Arthur Eddington afirma que la teoría de la gravedad de Newton debe ser declarada falsa y sustituida por la que propugna Albert Einstein: la de la relatividad general. Sus conjeturas sólo están al alcance de tres personas, le asegura Ludwik Silberstein a Eddington, que, ante el silencio de su colega, añade «No sea modesto, Eddington» sólo para encontrarse con una réplica tan inesperada como reveladora: «Todo lo contrario; estoy tratando de imaginar quién puede ser esa tercera persona.» Así arranca La teoría perfecta; situándose al inicio del largo camino recorrido por la hipótesis einsteiniana como punta de lanza de una de las revoluciones epistemológicas más relevantes del siglo XX. Y es que entender la teoría de la relatividad equivale «a comprender la historia del universo, el origen del tiempo y la evolución de todas las estrellas y galaxias del cosmos». Para que la entendamos, Ferreira nos cuenta un relato que cautiva: uno que empieza en 1907, con Einstein perfilando su teoría en horas arrancadas a su rutinario trabajo en la oficina de patentes de Berna, y que pronto se convierte en una convulsa y accidentada carrera de relevos poblada de experimentos y refutaciones, trabajos colaborativos y enfrentamientos científicos, errores de cálculo e iluminadoras enmiendas. Una carrera donde se entrecruzan historia, biografía y anécdota, ciencia y política y guerra y religión, con un reparto coral: Eddington y sus trabajos sobre la curvatura de la luz; Friedman y Lemaître, que llevaron las conjeturas de Einstein más allá de lo que el propio Einstein estaba dispuesto a llevarlas; Hubble y su demostración de la expansión del universo; los agujeros negros de Oppenheimer y la radiación que de ellos predijo que emergería Hawking. Todos comparecen aquí, hitos en una historia cuya construcción nos revela las virtudes de Pedro G. Ferreira: su firme, vivaz pulso narrador; su equilibrio compositivo; su didactismo nada condescendiente, que no renuncia a la complejidad. Adictiva como la mejor de las novelas, con la ambición épica de los genios del siglo capturado entre sus páginas, La teoría perfecta hace honor al adjetivo de su título; he aquí una guía para atisbar, entre las turbulencias del presente mutable de la física, las rutas que nos llevarán más allá, más lejos, hacia el futuro.

Un manual conversado sobre el oficio de periodista.

Éste es un ensayo sobre el lenguaje, la idea de generaciones y las estéticas de la literatura contemporánea; pero también es una denuncia que señala los mecanismos que han provocado el distanciamiento entre la creación y la acción, la ética y la estética, la literatura y el espacio público.

A lo largo de nuestra vida, todos experimentaremos dolor, pero nadie sabe cuándo comenzará ni cuánto tiempo durará. En la actualidad, un diez por ciento de la población de los Estados Unidos sufre dolor crónico. Este ensayo rastrea las diferentes concepciones del dolor a través de la historia para desvelar su esquiva naturaleza. Y así, entrelazando reflexiones en primera persona, espléndidos reportajes realizados en los más importantes centros médicos de investigación y clínicas del dolor, así como inteligentes contribuciones de un vasto abanico de disciplinas, Thernstrom nos demuestra que cuando tenemos que enfrentarnos al dolor, no hemos avanzado tanto como imaginamos pero tampoco estamos tan indefensos como tememos. «Colmado de inteligentes revelaciones y escrito con una notable elegancia» (The New Yorker). «Una expansiva y estimulante combinación de memorias, reportaje médico, investigación histórica y crítica cultural» (Robin Romm, The New York Times Book Review).