En esta novela, de un suspense trepidante, encontramos de nuevo a Tom Ripley –el protagonista ambiguo y fascinante de El talento de Mr. Ripley– algunos años después, con una reputación intachable y casado con una joven y hermosa heredera francesa. En su lujosa finca cerca de París, Ripley lleva una existencia apacible, cuidando el jardín, pintando, estudiando francés y escuchando música. Un día le telefonean de Londres sus socios de la Buckmaster Gallery, marchantes de Derwatt, un misterioso pintor que se oculta en un ignorado rincón de México mientras el precio de sus cuadros sube vertiginosamente. Sin embargo, un coleccionista americano sospecha que le han vendido un cuadro de Derwatt falsificado, por lo que urge la aparición del pintor para disipar sospechas... pero por desgracia Derwatt ha muerto. Y ahí entra en acción Tom Ripley.
En El talento de Mr. Ripley, la más célebre novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Highsmith inventó, que se sitúa entre la novela policíaca y la novela negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense se aúna a un vertiginoso análisis psicológico. Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie de que regrese al hogar. Tom acepta el encargo –de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales– y encuentra a Dickie y a su amiga Marga, con quienes establece una turbia relación que desemboca en el crimen y el engaño. Con el título de A pleno sol, la novela fue llevada al cine en 1960 por René Clement, con Alain Delon en el papel de Ripley. En 1999 se estrenó un remake titulado El talento de Mr. Ripley, dirigido por Anthony Minghella y protagonizado por Matt Damon, Gwyneth Paltrow y Jude Law.