¿Y si resulta que es el altruismo y no la competitividad feroz el impulso natural del ser humano? Una revolucionaria lectura de la historia de la humanidad.
El antropólogo inocente es un texto ciertamente insólito del que se dijo: «Probablemente el libro más divertido que se ha publicado este año. Nigel Barley hace con la antropología lo que Gerald Durrell hizo con la zoología» (David Halloway). El autor, doctorado en antropología en Oxford, se dedicó durante un par de años al estudio de una tribu poco conocida del Camerún, lo que constituyó su primera experiencia en el trabajo de campo, y casi la última. Nigel Barley se instaló en una choza de barro con la intención de investigar las costumbres y creencias del pueblo dowayo. Conocía la teoría del trabajo de campo, pero, como descubrió enseguida, ésta no tomaba en consideración la escurridiza naturaleza de la sociedad dowayo, que se resistía a amoldarse a norma alguna. En esta crónica del primer año que pasó en África, Nigel Barley ?tras sobrevivir al aburrimiento y a desastres, enfermedades y hostilidades varias? nos ofrece una introducción decididamente irreverente a la vida de un antropólogo social.
«Tant en converses com per escrit, Sharpe havia deixat clar diverses vegades, amb la vehemència i la rotunditat que li eren pròpies, que no suportava les biografies ni les autobiografies “presumptuoses i solemnes”. És per això que Fragments d’inexistència no pretén ser ni una cosa ni l’altra.»
En un gran esforç documental, Miquel Martín aconsegueix reunir fragments i flaixos de la vida de Sharpe i construeix una imatge de l’autor fidel a la realitat que el mostra com un personatge irònic, atrevit i fascinant a través de material inèdit fins ara. El relat d’una vida intensa i, a vegades, gairebé increïble que es llegeix amb el ritme d’una novel·la.
El asombroso descubrimiento de una personalidad universal que encarna los dramas de la guerra civil española y parte de la historia de Estados Unidos del siglo XX.