La utilización del concepto de “raza”, que afianzó el fenómeno de racialización de la sociedad fue clave para justificar la esclavitud, la desigualdad y la segregación.
Judith Butler analiza con lucidez el impacto de las palabras y desentraña cómo el discurso de odio, la censura y la resignificación construyen realidades políticas y sociales.
Siempre ha habido formas de dominio que han requerido la presencia de supuestos enemigos, a los hay que odiar e incluso eliminar cuando se acentúa esa hostilidad.