No hay nada como el humor para salvarnos de la insana tentación de tomarnos demasiado en serio y de esas grandes necedades que son la vanidad, la pedantería y la solemnidad.
Antes de cada partido, para motivar a mis jugadores, hago que lean El mundial de Trino. Jamás ganamos un partido. ¡Ah, pero qué risa!
Horacio Cascarín, entrenador vitalicio de Los Mazacotes de Chicontepec