La violencia en el matrimonio y en las uniones afectivas, y el maltrato en niñas, niños y adolescentes no tienen edad ni estatus social. Es lamentable que uno de los patrones de la violencia sea el patriarcado existente en la sociedad, el “machismo” como tal, y esa creencia de que la mujer se encuentra subordinada al hombre. Si bien muchas mujeres son independientes, quedan “atrapadas” en las telarañas de estos hombres perversos.
Un manifiesto que pretende establecer un nuevo contrato social entre hombres y mujeres. Porque es imprescindible construir un mundo más igualitario, más justo, más incluyente. Y es imprescindible hacerlo ya.