No eres ningún fraude y no has tenido un golpe de suerte. Empieza a creer en ti y en tu talento. Si tú también sientes que eres un fraude, tranquila, no eres la única.
Una invitación a quitarle el arco y las flechas a Cupido, a destronar a los que quieren a las mujeres de rodillas y a liberarnos de las trampas del romanticismo.