Esta novela demuestra una vez más que a Martin Amis no le tiembla el pulso a la hora de abordar temas controvertidos. Después de la demoledora Lionel Asbo. El estado de Inglaterra, que levantó ampollas por su crudo retrato de lo peor de la sociedad británica, el autor regresa al nazismo y al Holocausto, que ya había tratado en La flecha del tiempo. Y lo hace desde un ángulo cuando menos sorprendente, cediendo la palabra a los verdugos, y sin renunciar a incomodar al lector con ciertos toques de comedia negra. Golo, un joven oficial sobrino del jerarca nazi Martin Bormann, llega a un campo de exterminio para trabajar en la puesta en marcha de una fábrica con mano de obra esclava. Seductor nato, no tarda en quedar prendado de Hannah, la esposa del comandante del campo, el grotesco Paul Doll. Y a este triángulo se une una cuarta pieza, el Sonderkommando Szmul, es decir, uno de esos judíos que colaboraban con los verdugos. Con la maquinaria de la crueldad como telón de fondo, la novela desarrolla una historia de amor y celos entre funcionarios de la barbarie. Es el marco para indagar en el horror y preguntarse: ¿qué sucede cuando descubrimos quiénes somos en realidad? ¿Cómo podemos llegar a aceptar las consecuencias de nuestros actos? Envuelta en la polémica y rechazada por algunos de los editores habituales de Martin Amis, incómodos con sus planteamientos, La Zona de Interés ha recibido sin embargo una extraordinaria acogida crítica en Estados unidos y Gran Bretaña, donde ha sido saludada como una de sus obras mayores.
En mitad del siglo XIV, Barcelona todavía sufre secuelas de la gran peste. Durante este período de incertidumbre, poco antes de la implantación del derecho romano, un grupo de mujeres lucha por hacerse cargo de la recuperación de la ciudad.
Alèxia –hija de un mercader–, Romia –esclava–, Genebre –monja de Sant Pere de les Puel·les–, Caterina –aprendiza de pintora–, Llorença –viuda de un vidriero–, Marta –hija de un tejedor– y Sança –sombrerera– se unirán para plantear otra Barcelona, donde sea posible la esperanza, para encender un nuevo fuego que vuelva a iluminar la ciudad. Muchos, ancorados en un mundo que se acaba, lo querrán apagar.
Mientras, el hermano de Alèxia, Narcís, discípulo del pintor Ferrer Bassa, intentará dar sentido a sus inquietudes artísticas. Él y Caterina fundarán la Casa de los Obradores, un proyecto destinado a poner en valor nuevas iniciativas basadas en las capacidades de cada uno. Todo el mundo tendrá un lugar y podrá ser aprendiz y maestro a la vez.
El fuego ilumina, pero también arde y deja cenizas. Las cenizas contienen la memoria de lo que ha sido y, si caen en buen cobijo, pueden ser la semilla de un nuevo futuro.
El legado de las cenizas es una emocionante e inspiradora historia de lucha protagonizada por unas mujeres capaces de mostrarnos que lo esencial es indestructible.