Santi Giménez nos ofrece un retrato de un periodismo ya desaparecido, de la amistad y de la épica del perdedor en una novela que conmueve, duele y, a veces, te arranca una carcajada.
La obra destila un sentido del humor negro, con apuntes de surrealismo, que huye de los clichés. Una visión cruda y sin tapujos de la maternidad alejada del modelo tradicional.
Àngel Casas, un icono de la televisión de los años 80 y 90, nos invita a entrar en el mundo de su infancia y juventud a través de la mirada de un fotógrafo de prestigio internacional.