En cierta ocasión, Abreu Gómez escribió lo siguiente: "Canek, no es bueno o malo, es el libro que mejor refleja mi dolor, el dolor de los humildes, de los indios de mi tierra. Si su lectura aviva la conciencia del hombre frente a la injusticia, me tendré por satisfecho".
Breve elogio de Benjamín Franklin y otros escritos entrega al lector páginas llenas de ingenio, sabiduría, sentido común, agudeza, optimismo y no poca erudición y sarcasmo que invitan a descubrir la complejidad y riqueza de una obra central en el desarrollo de nuestra imaginación literaria.
Recuerdos de El Chamberín, un extenso e infrecuente poema sobre tema charro, es en realidad una suerte de preludio y coda de la gran novela mexicana que Luis G. Inclán (1816-1875) abordó en las páginas de Astucia, su única novela.