Cuatro divertimentos, pero también avisos, tan graves como humorísticos, que buscan proyectar una especie de cuadrilátero metafórico de nuestras vidas.
«Un libro no escrito es algo más que un vacío. Acompaña a la obra que uno ha hecho como una sombra irónica y triste. Es una de las vidas que podríamos haber vivido, uno de los viajes que nunca emprendimos.»