Cómo no fascinarse con un país donde los cangrejos tenían el color de los cielos y todo era tan nuevo como si en cada día estuviera la creación del mundo. Humboldt es otro de los nombres del mundo, y es esencialmente inabarcable.
"Se expuso al pasmo de las lunas y a la insolación en los desiertos de salitre, a vendavales y tormentas eléctricas, vivió aguaceros interminables bajo las enramadas de l...
Cómo no fascinarse con un país donde los cangrejos tenían el color de los cielos y todo era tan nuevo como si en cada día estuviera la creación del mundo. Humboldt es otro de los nombres del mundo, y es esencialmente inabarcable.
"Se expuso al pasmo de las lunas y a la insolación en los desiertos de salitre, a vendavales y tormentas eléctricas, vivió aguaceros interminables bajo las enramadas de l...