Este museo de nostalgias, como todos los museos que amo, es un lugar que responde las preguntas del corazón. Siempre he creído que las cartas, aunque vengan de una experiencia personal, son capaces de reflejar un sentimiento colectivo. Nos vemos reflejados en palabras ajenas (o más bien prestadas) y así entendemos que en el fondo somos iguales: humanos que navegan el mismo miedo. Por eso nació est...