Maldades. Una historia de Medellín nos presenta una ciudad tan real como onírica; real porque hay en ella personajes, instituciones y lugares fácilmente reconocibles en sus homólogos fuera de la ficción; y onírica porque la riqueza espiritual de sus personajes rivaliza con el cinismo del mundo capitalista y globalizado que les impone sus valores materialistas, con la inmediatez tiránica de las red...