Todo comenzó con un mensaje anónimo: «¿Te interesaría recibir unos datos? Quiero compartirlos». Bastian Obermayer, periodista del Süddeutsche Zeitung, respondió de inmediato que sí. Y empezó a recibir una serie de documentos que tanto a él como a su compañero Frederik Obermaier les dejaron perplejos. Ministros, presidentes, dictadores, jeques, emires, reyes, mafiosos, agentes secretos, funcionario...