Olivia tenía cuatro años cuando leyó, por primera vez, la mente de su madre. La estaba mirando y vio que no movía los labios; sin embargo, escuchó con claridad la voz de su madre en el interior de su cabeza. No le extrañó; cuando se tienen cuatro años hay pocas cosas que te extrañen. A partir de ese momento, el poder de Olivia creció poco a poco. Cada vez podía leer los pensamientos durante más ra...