Si en nuestra época las categorías de género o raza han saltado por los aires, como trajes que nos venían estrechos, la edad continúa ahí, dictando esquemas de comportamiento, prediciéndonos: “Está en plena adolescencia”, “tiene la crisis de los cuarenta”, “ya no tiene edad para eso”, se oye por todas partes, como si todavía nos costase someter a crítica una clasificación que, como el género o la ...