Podemos afirmar que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes se convierten en el centro del proceso educativo cuando reconocemos quiénes son, cómo aprenden, cuáles son sus intereses, sus debilidades y fortalezas, sus entornos culturales y sociales. Solo entonces, desde la enseñanza, podemos ofrecer las mejores opciones para que todos se involucren activamente y le encuentren un sentido a lo que ap...