El apodo de Manila, la "Perla de Oriente", no podría ser más apropiado, pues bajo un caparazón poco atractivo se esconde una joya para quienes estén dispuestos a descubrirla. Cada vez hay más rascacielos que se alzan hasta las neblinosas alturas entre la pobreza extrema de las extensas barriadas de chabolas, mientras los resplandecientes centros comerciales presagian una Manila nueva y audaz, con ...