La lectura es, sin duda, una de las tantas maravillas que nos ofrece la escritura. Ambos fenómenos son perfectamente simbióticos, porque sin lectura la escritura queda encerrada en sí misma y puede, incluso, convertirse en letra muerta. Sin un soporte de escritura, cualquiera sea su forma, letra, cifra, ideograma o cualquier otro trazo, la lectura es sencillamente imposible. Esa que canta hacia ad...