Tercera entrega de la saga épica más famosa del mundo.
Mi declaración no es imparcial. Soy el clásico adicto a El Señor de los Anillos. Desde los doce años lo leo cada año. Lo tengo en mi mesita de noche, y cuando no lo leo, huelo sus páginas, las humedezco con mis lágrimas, me froto mis carnes tolendas con los lomos de sus tres volúmenes. —Alex de la Iglesia, El País
El mundo se divide entre los ...