Los primeros años del siglo XXI han puesto en evidencia las cada vez más acusadas desigualdades entre culturas, ante la mirada atónita de unos y la ceguera voluntaria de otros. Las guerras, el hambre y la lucha por la supervivencia son la otra cara de la moneda de un Occidente que se muestra triunfante. El pasado de los países oprimidos es una «memoria herida», pero ha llegado el momento de que to...