Una mordaz denuncia de la violencia en China y de la hipocresía de la Revolución Cultural. Un homenaje a las vidas destruidas de innumerables mujeres que fueron olvidadas entre la multitud. Unas memorias catárticas escritas por una mujer que desafió la censura.
«Yo no creo en el bien, yo creo en la bondad. [...] Es la bondad de un hombre para con otro hombre, una bondad sin testigos, pequeña, sin grandes teorías. La bondad insensata podríamos llamarla. La bondad de los hombres más allá del bien religioso y social.»
Estos son los tiempos aterradores a los que Childers da vida en este libro: el increíble ascenso de los nazis y cómo lograron consolidar su poder una vez lo obtuvieron.