Cien palabras para hablar de la música clásica parecen mucho más que las tres claves utilizadas por los compositores, mucho más que las cinco líneas del pentagrama, mucho más que las doce notas de la escala. Pero, al final, cien palabras para hablar de la música clásica son muy poca cosa.
Una comedia ácida pero muy romántica, de falsas apariencias, guerra de sexos y lucha de dos hermanos por salir adelante en una sociedad que no les ha puesto las cosas nada fáciles.