Contada en un tono de confidencia íntima, sin esfuerzo aparente, y con un detallado elenco de personajes femeninos observados en profundidad, Cranford es, tanto en palabras de Dickens como de E. M. Forster, «un exquisito retrato social», una obra «tierna» y «deliciosa» que ha sabido mantener su atractivo a través de los años.