“Su hijo está muerto. Ahí está, no lo toque”. En el piso de tierra yacía Víctor, con la frente ancha y limpia que le dio sobrenombre, sobre un charco de sangre, bajo la mesa, donde escribían el parte oficial de su muerte.
Un manual divertido y ameno para quien quiera liberarse de las expectativas del estereotipo femenino. Destinado a convertirse en referente del feminismo más actual.