“Ya conocía a Diego Rivera, el muralista mexicano, mucho antes de encontrarme con los otros “Diego Rivera” que circulaban por el mundo entre principios del siglo XX y finales de la década de los 50. (…) Mientras que sus pinturas de caballete constituyen un amplio corpus dentro de su obra temprana y tardía, sus murales únicos hacen estallar las paredes en una explosión de representaciones de gran v...