Desde hace pocas décadas, el mundo se ha trastocado: valores morales, formas de vida cotidiana, modos de producción, de comunicación y de relacionarse con la naturaleza, estructuras sociales y de poder cambian a un ritmo acelerado, y ese vértigo de incertidumbres desata inseguridades, por no decir melancolía ante lo perdido. Y, por si fuera poco, llega la pandemia.
No es fácil dar cuenta de este m...