Soñar era lo que mejor sabíamos hacer, quién diría que nuestros sueños terminarían por consumirnos.
En esos días desconocía lo mucho que me costaría dejar de vivir con miedo. Quisiera regresar a temerles a las ratas y a los monstruos bajo la cama.
Necesito salir de esta trinchera.
Anoche en las trincheras es una explosión de las emociones que se experimentan al crecer: el miedo a no ser suficiente...