Nunca olvidaré una infantil fractura de tibia y peroné provocada por mí mismo, en un típico picado ridículo, entre amigos…Yo comencé a prestarle más atención al tema solo después de ese partido, que me obligó a permanecer en cama y con el pie levantado. Y empecé a tener en cuenta también la superficie sobre la que corría, fuera la cancha de fútbol, de tenis o, simplemente, la calle cuando salía a ...