Aunque suene raro, David Meca odiaba nadar cuando era pequeño. En realidad, es normal que así fuera: con cinco años comenzó a nadar, y a muy temprana edad sus padres le levantaban a diario de madrugada, incluso en invierno, para llevarle a entrenar a la piscina antes de ir al colegio.
No lo hacían para convertirle en un deportista de élite, sino porque tenía un montón de problemas físicos y los m...