Hay cicatrices que nunca cierran, y una de ellas, atroz y lamentable, ha marcado la historia de la humanidad: la esclavitud. En una narración que va desde la cobardía y la crueldad hasta la solidaridad y la lucha por la libertad, Carlos Ímaz Gispert evoca la figura de Yanga, líder de uno de los movimientos precursores de la emancipación de los esclavos, un revolucionario que, junto a otros cimarro...