Olivia ya no es la amante de nadie. Por fin ha logrado zafarse de ese estigma y desea mirar hacia adelante. Sigue enamorada de Octavio, pero con amarlo no es suficiente. Está segura de que no lo quiere en su vida en esas condiciones, pero tampoco logra olvidarlo.
Jamás volverá a complicarse la vida con un hombre ni sufrirá por los desengaños amorosos.
Dispuesta a no resignarse ni mucho menos a ce...