Encuentra un equilibrio sano y coherente entre tu cuerpo, tu mente y tu alma.
Empieza a ver la comida como una herramienta, como una amiga que te va a ayudar a que alcances el bienestar cada día. Basta de pensar que comiendo bien vas a vivir cien años y que, si comes mal, te va a dar algo ahorita. ¿Cuánta gente conoces que come bien y que se ha enfermado, o cuánta gente que come pésimo y que sigue...