En Vestida de tul, que Carmen de Icaza pensó llamar La muchacha que bailó con el Rey al publicar su primera edición, en 1942, nos relata, junto a las andanzas de sus personajes, una crónica aguda y crítica de la sociedad del Madrid de su juventud. Ese mundo de bailes en los palacios aristocráticos, de los estrenos en el Real, de las carreras de caballos y también el de la clase media del «quiero y...