Una vivienda es verdaderamente segura cuando no causa daños a quienes viven en ella y sirve para defenderlos de los intrusos. Para ello es necesario intervenir en cada habitación, con el fin de evitar los riesgos más comunes. Convendrá proteger las instalaciones de gas y electricidad, prevenir los incendios, defenderse de los rayos, instalar alarmas y sistemas de seguridad, activar trucos antirrob...