Las olas se aproximaban hacia nosotros, lentas,elásticas, manejables. Sorteamos la primera de la serie, que hizo que nuestras tablas se pusieran en vertical, y encaramos la segunda. ¡Vamos, Manu! ¡Rémala! Pensé que iba a romper encima de mi cabeza. Arqueé la espalda, remé tan fuerte como pude, dejé caer el peso sobre las costillas y sentí que la ola me empujaba, la tabla se movía. ¡Ahora! ¡Levánt...