A los 29 años, parece que al fin le ha llegado la hora de hacerse valer: van a nombrarla vicepresidenta creativa de la agencia publicitaria para la que trabaja. Pero tras un desliz descomunal, los sueños de Lindsey se desmoronan y se refugia en casa de sus padres para recobrarse de la humillación. Allí se reencuentra con Alex, quien tiene la desfachatez de coquetear con el único hombre que puede c...