Leer a las poetas sáficas como si devorase ferozmente un pastel. Eso es lo que se impuso Luna Miguel para poder escribir esta oda a un cuerpo amado; pero también para reírse de sí misma y disfrazar sus versos con un lirismo ascético, lúbrico y juguetón, como de otro tiempo.
Emulando estilos y sensibilidades aprendidas de la poesía floral de Hilda Doolittle, Renée Vivien o Carmen Conde, la autora se...
Leer a las poetas sáficas como si devorase ferozmente un pastel. Eso es lo que se impuso Luna Miguel para poder escribir esta oda a un cuerpo amado; pero también para reírse de sí misma y disfrazar sus versos con un lirismo ascético, lúbrico y juguetón, como de otro tiempo.
Emulando estilos y sensibilidades aprendidas de la poesía floral de Hilda Doolittle, Renée Vivien o Carmen Conde, la autora se...