Bella, compleja e imperiosa, con un temperamento hedonista y creativo, San Petersburgo (Санкт-Петербург) es la suprema diva rusa. Ya desde sus orígenes como despoblada marisma, y durante sus 300 años de existencia, ha sido protegida por una serie de gobernantes, soportando los embates de la historia y el rigor de los elementos naturales. Siempre necesitada de reformas, pero con una actitud optimis...