Cande Martín ha vuelto a Madrid porque su hermano Rodri la necesita. Pero la ciudad sigue llena de los recuerdos que lleva tres meses tratando de olvidar y, sobre todo, sigue llena de él, de Sergio Herranz.
Sus manos, su olor, sus besos…, tan guapo e inaccesible que duele. Cande lo quería con locura y algunas heridas nunca llegan a cerrarse por mucho que nos empeñemos, por mucho que sepamos que al...