El boxeo, para Tyson, fue siempre una cuestión de vida o muerte. Creció sin un padre, rodeado por personas que le expresaban su amor con golpes y en un entorno callejero en el que era blanco de las burlas de los chicos mayores. Pero pudo encontrar, gracias al boxeo, la vía de escape que le permitió ser, con sólo veinte años, campeón mundial de peso pesado y no, en cambio, un delincuente juvenil. P...