Isabel Mountbatten no esperaba que su padre muriese de forma tan repentina, siendo tan joven, dejándole un trono que llenar y una institución global que gobernar. Coronada a los veinticinco años, ya era esposa y madre cuando empezó el camino que la convertiría en reina.
Mientras Gran Bretaña huía de la sombra de la guerra, la nueva monarca se enfrentaba a sus propios desafíos. Su madre dudaba de...