"Actuaba como si la dinámica de los hechos, por su propia inercia, fuera a acomodar alguna vez aquello que se estaba desmoronando."
La vida de Diego Correchea entró en una deriva declinante. A los cuarenta años, el proceso de demolición personal que silenciosamente lo corroe desde hace mucho parece haber adquirido un vértigo imparable.
Su matrimonio con Laura tuvo altibajos, pero en los últimos ...