Te quiero de esta manera: "No era bonita, pero, en cambio, poseía un rostro brujo, una atracción subyugadora que trastornaba. Los ojos profundos, insondables, de color indefinido, aparecían sombreados de largas pestañas, cuyo aleteo parecía jugar una danza diabólica. Las aletas de su nariz respingona, estremeciéndose constantemente, denotaban un temperamento apasionado y voluntarioso, más aún nadi...