
Sumisión - 5 relatos eróticos subidos de tono
«Tess se agacha frente a mí y me pone una mano en la rodilla. Al acariciar mi muslo nota que está sudoroso. Está más caliente que la propia cera. El calor pasa por mis caderas y por mi estómago para acabar palpitando entre mis piernas. Mirándome profundamente a los ojos, separa suavemente mis piernas».
Cuando eran niñas, la amistad unía a Tess y a Julia. Ahora, ya adultas, es la rivalidad lo que l...
«Tess se agacha frente a mí y me pone una mano en la rodilla. Al acariciar mi muslo nota que está sudoroso. Está más caliente que la propia cera. El calor pasa por mis caderas y por mi estómago para acabar palpitando entre mis piernas. Mirándome profundamente a los ojos, separa suavemente mis piernas».
Cuando eran niñas, la amistad unía a Tess y a Julia. Ahora, ya adultas, es la rivalidad lo que l...
