Bolivia no es para pusilánimes. Ya se usen crampones y piolet para escalar picos de 6000 m en los Andes, un casco para pedalear por la carretera más peligrosa del mundo o saltar al abismo en parapente, o se empuñe una caña para pelearse con un pez de 3 m, las rocas, ríos y barrancos del país pondrán a prueba (o mejor, provocarán) al viajero para que se supere a sí mismo.
• Explorar los contrastes ...