Su fama engañosa:
"—Gaby, cada día tengo más miedo.
Él caía sobre ella después de haberla empujado suavemente y hundía su cara en la garganta femenina de forma que la besaba en la oreja, le mordisqueaba el lóbulo de la misma y decía bajísimo, casi roncamente:
—No tiene por qué saberlo nadie. Nadie en este mundo… Cuando las cosas son del dominio público pierden su encanto. Además, ni tu madr...